Sunday, August 22, 2010

Ecos del Waka Waka


El otro día tuvimos una mega sesión de fotos con un amigo que venía llegando de Sudáfrica...aun no se sacaba la camiseta "roja" ni la sonrisa de oreja a oreja. Durante toda la locura mundialera fue impresionante ver a la marea roja tomarse las graderías del Soccer City y las calles de Nelspruit...perseguir al bus que llevaba a los "héroes" que cambiaron la historia de los últimos 12 años y contar sus historias rodeados de representantes de los 32 países que soñaban con la copa. Y a mi que no me gusta el fútbol, reconozco que igual la euforia se contagia y la angustia de los últimos minutos del primer tiempo si o si te pegan. Todo fue fútbol por más de un mes y todo el jetset capitalino que se aprecia de tal tuvo su minuto de gloria reporteando desde algún punto de Sudáfrica...Y yo, entre el Umbingelelo y el waka waka trataba de recordar los meses tranquilos que pasé por esas tierras.
Cuando llegué a Cape Town recién estaban empezando a construir el estadio. Y me acuerdo una mañana recorriendo los puestos del Green Point Flea Market, lo emocionados que estaban todos porque las ventas se multiplicarían cuando llegara la fiebre mundialera. Que gran fiesta de colores se debe haber tomado las calles de Long Street y sus alrededores, y que decir del fonicular del Table Mountain que tiene que haberse colapsado con la explosión turística (porque al menos de los que mostraban en la tele, pocos se ganaban la vista desde la cima luego de una esforzada caminata).
Y mi amigo me contaba una película desconocida de Sudáfrica, superpoblada de turistas, con el sonido incesable de las bubucelas pero con alma de fiesta 24/7 y un aire de hermandad donde sólo se distinguían los colores de las banderas de los distintos países pintadas en las caras, sin importar si de fondo eran blancos o negros.
Ahora que todo esta tranquilo de nuevo, que el estadio refleja los atardeceres en silencio, que sea point se volvió transitable nuevamente y que Nelspruit volvió a ser el pueblo pacífico y medio olvidado que era, me pregunto qué fue lo que dejó realmente el Mundial en los corazones sudafricanos....cuánto creció la economía? y las barreras de "colores" se dejaron más de lado que antes? qué siente Madiba al ver los frutos de tantos años de lucha? serán las fundaciones de escuelas de fútbol las que le devuelvan la esperanza a los niños? se revindico África o con el fin del mundial el continente vuelve al olvido?
Yo miro las fotos y de todas formas me emociono...que bueno que todos se hayan empapado en parte de Mama África y su legado, y que esas tierras misteriosas e inalcanzables para quienes no son fotógrafos de NATGEO sean hoy más comunes y más cercanas, aunque no menos salvajes. Habrán entendido esos peques cuando les regalaron las camisetas de la roja, que esos "muzungus" venían de un país igual de lejos y hasta no hace mucho, poco conocido como el de ellos? Y habrán notado los que juntaron con esfuerzo los pesos y se fueron con lo puesto siguiendo sólo sus sueños y pasiones, que en su mochila viajaban millones de chilenos que siempre "quisieron" pero que nunca se atrevieron? Porque la roja no se fue sola, y cuando se defendían o marcaban un gol los hinchas abrazados de sudafricanos pintados con el blanco, azul y rojo, agradecidos celebraban o lloraban juntos, marcando un verdadero triunfo en la historia.
Y mi amigo llegó cargado de recuerdos, lugares, sonidos, colores...arrendar un auto y seguir la ruta roja fue lejos el mejor viaje de su vida, mezclando estadios con safaris, clases de surf en J-Bay, largas noches de carrete y wild on en Long Street, historias compartidas con viajeros y por qué no decirlo, orgullo de ser chileno y reforzar ese patriotismo que te sale del alma cuando se escucha en el extranjero un "cachai hueon?" por la calle, y uno no puede evitar gritar "chilenooooooooo"!!!
Y ahora que sólo suena el eco del waka waka retumbando en los estadios vacíos, tomaría de nuevo la mochila y partiría a caminar por la costanera, a subirme a las "liebres" que a grito pelado te llevan a sea point, a mirar el atardecer desde el Lion's Head, a escuchar algún concierto en Kirstenbosch garden, a recorrer más allá del famoso Garden Route y a disfrutar de la "Real South Africa", que aunque más tranquila de seguro esconde tras sus sonrisas los recuerdos de cuando todo el mundo estuvo mirando lo que ocurría en sus calles, estadios, ciudades, parques, playas, familias y corazones...cuando por fin todos nos sentábamos a admirar la profunda belleza del continente negro, la riqueza de sus tierras y de su gente, el ritmo contagioso de sus cantos, incluso de la potencia de sus bubucelas que como abejas reinas contagiaban al mundo...con la esperanza de que éste haya sido el kick off del verdadero "Time for Africa".

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