Thursday, June 24, 2021

Mis primeros 40 años : 1981 -1989

Ilusamente creí que al llegar Junio me podría sentar cada día a escribir esta suerte de "memorias" que vienen dándome vueltas en la cabeza hace un rato; y que a una semana de terminar esta vuelta al sol, la lista de los "must do before fourties" habría disminuido en algo. Increíble que casi con 40 aún no haya aprendido que esa lista sólo crece y que encontrar el momento perfecto, a la hora perfecta, es casi imposible. 

So here I am, tratando de ordenar las ideas y bajar las expectativas, pero aún con la necesidad de plasmar en pocos post lo que han sido estos primeros 40 años de vida...veremos si resulta!


LOS PRIMEROS 8 AÑOS

Nací un 25 de Junio a las 00:10 aproximadamente, en el Hospital de la Universidad Católica. Mi mamá había ido días antes con mi tía Magaly en micro cuando empezó a sentir contracciones, pero la mandaron de vuelta para la casa. Acá se abre un hoyo negro porque qué paso después, a qué hora ingresó ese 25, con quién andaba y otras interrogantes, en este minuto no tienen respuesta pero sin duda serán tema de conversación con mi mamá en algún momento. Digamos que nací sin complicaciones, mientras mi papá escribía en una servilleta un pequeño poema con mi nombre. Su Francisca Paz.

 Extrañamente tengo muchos recuerdos de los primeros 4 años, tal vez gatillados por las fotos de la época, pero llenos de sensaciones. Como mis papás trabajaban (a veces, demasiado), vivir cerca de mis abuelos maternos era como haberse ganado el Kino. Ellos me llevaban caminando al "Jardín Green", que hoy es un chiringuito colombiano de pollo con papas al lado de una veterinaria. En esa época, me demoraba 5 horas en promedio en almorzar...y no exagero! recuerdo que hacía "bolos alimenticios" que guardaba en mis cachetes y que, cuando la tía del jardín no me veía, botaba a la basura. Y luego me veo en un restorán en Valpo, con mis papás diciendo que nunca más saldrían a comer conmigo porque era perder el día.

Es raro, pero me acuerdo perfecto de la luz que entraba al living de la casa de mis abuelos y del color del sol. Mi abuelo sentado en la cabecera de la mesa, con el papel mural de flores detrás. Su radio a pilas transmite algún partido de fútbol comentado por el gran Julio Martínez. Mi abuela le trae de la cocina un huevo...no recuerdo si duro o frito. Yo corro a sentarme en sus piernas y él almuerza mientras escucha el fútbol. Después de almorzar, empezaba "La Moda al día", seguida de "Almorzando en el 13"...o quizá al revés. De más grande recordé que también veíamos las teleseries con mi abuela, mientras ella secaba higos con harina al sol. Tengo también la sensación de estar en el aire cargada por mi abuelo, siendo movida al ritmo del tango. Un día, después de mostrarme su exclusiva colección de estampillas, su corazón dejó de latir y fue el inicio del fin para mi abuela.

 

A todo esto, 1 año antes, mis papás habían encargado a la cigüeña una hermanita para que yo dejara de pedirlo. Obvio que la tierra tenía que prepararse antes de la llegada de mi hermana, así que se pegó un buen revolcón el 85´ mientras estábamos en la casa del Tabo de mi abuela. Mi mamá embarazadísima, mi papá viajando desde Santiago en bus, y todos en la casa del vecino escuchando por la radio si acaso venía o no un tsunami (gracias a esta hermosa experiencia, al día de hoy le tengo pánico a los terremotos).

Y 1,5 años después nació mi hermano, haciendo una caca verde bien hedionda (esa primera impresión se grabó en mi retina). Vivíamos en la casa de Simón González, que desde mi punto de vista, era mil veces más patio que casa. Ahí se pasaban los fines de semana cortando el pasto (literal, sábado en la mañana se empezaba, y se terminaba el domingo en la tarde...con mi mamá éramos las recogedoras oficiales). Recuerdo a Juan Carlos Baglieto sonando en la "Radio Naranja", mientras con mi papá pintábamos - sin salirnos de los bordes - un libro para pintar. Los fines de semana sonaba "Paréntesis Infantil" en Radio Beethoven, justo antes de ir a la feria...porque los domingos se comía "pescado fresco" impajaritablemente. Recuerdo los restos de mis muñecas, muertas a manos de mi hermana; de la misma forma que recuerdo las mermeladas de mora caseras de mi mamá, hechas con los sacos de moras que mi papá traía de las cercanías de las minas (en ese tiempo empezó a trabajar en terreno). En esa casa aprendí a andar en bici sin ruedas muy dolorosamente (mi vecino, más grande, me prestó su bici...imaginarán donde me pegué). En esa casa a mi hermana la mordió un perrito causándole un trauma (que agradecimos años más tarde cuando llegó el Maxi). En esa casa llegaba del colegio a sentarme en el sillón de mimbre a ver Patio Plum, Pipiripao, Candy y Ángel la niña de las Flores. En esa casa edifiqué mi primer castillo, con frazadas y otros utensilios dentro de los huesos de un columpio. En esa casa, el Ratón Pérez me trajo mazapanes que a duras penas me pude comer por el extraño sabor.  

El año en que llegó mi hermano, yo empecé el colegio. El "Santa Rata" como le decíamos, era amarillo y encementado. Creo que de todo lo que recuerdo, además de los juegos con neumáticos en el patio de arena, lo más sabroso es el nombre de un compañerito que me gustaba...y que aparecería en mi vida 10 años después. También recuerdo los trasnoches con mi papá haciendo tareas después de que me hiciera una tortilla de "lo que fuera", cuando perdía la batalla por que comiera.

En el 89´ maulló por días un gato en las noches y se calló el día en que falleció mi abuela. Yo ya estaba en 3° básico en el San Patricio (no sin antes haber pasado sin pena ni gloria por las Carmelitas...en un intento fallido por encaminar mi vida al bien). Sin mis abuelos, tocaba entregar la casa en la que vivíamos y mudarnos...y por esas cosas de la vida, decidieron comprar la casa en donde mi mamá había crecido y que ahora sin sus dueños, buscaba una segunda oportunidad. En la mítica casa de Alcalá de Henares crecimos con mis hermanos, y el día que tuvimos que vender la casa hace sólo unos años atrás, fue uno de los días más tristes de mi vida...pero esa parte queda para otra historia.

 *La canción del recuerdo: El gigante de ojos azules, de Juan Carlos Baglieto / Años, de Pablo Milanés.

 


Saturday, March 28, 2020

Gran Hermano Australia: colapsa la casa estudio

Llevaba 10 años viviendo sola....mi gata y yo. Bueno, después llegó el enano y al poco tiempo, Picaxu ("su" gato). Pero en resumidas cuentas, sola. El experimiento de McKeesport (Pensilvania) allá por el 2001 fue eso, una casa (más bien un living) compartido experimentalmente con 2 chilenos, donde más allá del misterio sin resolver de quien pegaba pelos en la ducha, no habían mayores temas ni roces, cada uno con su espacio. Luego tuve mis cajones propios en el mueble de alguno que otro novio extranjero (en uno no llegué a sacar mis cosas de la mochila nunca....debí haber olfateado que no iba a ningún lado esa relación). Pero más allá de unas vacaciones cortas, nunca tuve la experiencia real de "convivir" con nadie.

Cuando llegamos a ver a mi hermana a Townsville, sabíamos que arrendaba una habitación con su compañero en una casa con más gente y que no habían más piezas disponibles, pero que amablemente nos iban a habilitar un espacio para que estuviéramos un tiempo. Al segundo día de llegadas, ya nos habíamos tomado el living completo con mi mamá, y después de un paso obligado por K-Mart, teníamos cajones extras y colgadores necesarios para desarmar maletas, y hasta caja de juguetes para Antar. Ahí empezó formalmente el reality show.

La casa del 35 Moondarga drive tiene 2 pisos y una piscina, algunas palmeras y un perro (Isaac). Hay 3 piezas arriba con 1 baño y cocina, donde viven 1 matrimonio (Alan y Linda, en sus sixties), la hija que nunca sale de la pieza (Jessica, contemporánea a mi y fanática de Pokemón) y la sobrina con uno de sus hijos (Sam de 34 y Jayden que entró de cabeza a la pubertad, con 11). Abajo, la habitación del hindú de 25 (Vanshi) y otra pieza/refrigerador del dúo dinámico (mi hermana, Josh y el aire acondicionado a tope), 1 baño, cocina de campamento y un BBQ en el patio, y 1 sillón cama + 1 sofá de esos que se extienden en el living, "nuestra pieza", separada por una cortina/sábana que bajamos en las noches antes de dormir . En el patio, una compostera hechiza; lo que parece un taller de bicicletas (ahora mismo cuento 6 y sé que hay un par más guardadas), la mesa té club y la pandereta por donde nos visita a veces la Possum con su hijito a cuestas.



En la cochera, el auto de Alan y afuera el Peugeot de Vanshi y la querida Betty, el Landrover de mi hermana (que por cierto, aún no aprende a manejar). Los últimos en entrar a la casa estudio fuimos mi mamá, Antar y yo, completando los 11 humanos + 1 perro. Dicen que también vive 1 gato arriba, pero del felino nunca he visto rastro.

En la navidad nos juntamos por primera vez todos a disfrutar de la cena y esperar al viejito...creo que fue la única vez donde en verdad estuvimos todos (menos el gato claro). Mientras estuvo mi mamá con nosotros, nos cruzábamos más bien con el resto a la hora de la cena; Antar se pasaba la tarde en la piscina con Jayden o Alan (oficialmente conocido como el nuevo "uncle" y a veces también guía turístico), o tratábamos de organizar algunos paseos con algún subconjunto del reality. Con los de arriba también nos cruzamos para pelear la lavadora o el colgador de ropa. Y en las noches, la "juventud" se tomaba la mesa té club y todo lo que hubiese sobre ella.

Los sábados de cleaning partían por sacar los pelos de Isaac y la caca de las lagartijas (sí, hacen caca como la de ratón, y créanlo o no, acá hablan) y sacar las cucarachas gigantes muertas (que según mi mamá, se morían congeladas con el aire acondicionado de los 80´que tenemos en el living...y que por cierto, no podemos usar tanto de día para cuidar la cuenta de la luz). A veces nos bajaba la manía y entre las 3, hermana incluida, nos turnábamos para dejar todo soplado. Otras veces, daba sólo para lavar nuestra loza y poco más. Tengo que decir que mientras estuvo mi vieja, era ella la que generalmente cocinaba y trataba de mantener la mesa té club despejada, entre los 500 encendedores, colillas de cigarros, vasos con restos de ron de la noche anterior, cables varios y cajitas con cachibaches (y para qué decir el cementerio de latas y botellas de chela......dicen que si las llevan a un lugar les dan $10 centavos por cada una así es que las coleccionan, esperando que algún día amanezcan con las ganas de llevarlas al famoso lugar de reciclaje). Pero a mediados de marzo, de la "producción" avisaron que había que eliminar a alguien, y para no tener que hacer un "cara a cara", voluntariamente mi mamá abandonó la casa estudio y volvió a Chile. Aproveché esos días para limpiar hasta el agua de la piscina a ver si el resto se contagiaba, y logré que Alan comenzara a limpiar la cochera y despejar el patio...aunque se cansó luego, sigo con la esperanza de que terminemos la tarea.



Acto seguido, me tomé la cama, cerré el sofá y nos apropiamos de una de las mesas de afuera. Antar había entrado al colegio y necesitábamos un lugar sin mosquitos para hacer las tareas. Entre medio, Jessica (una de las pocas veces que la he visto) le pasó a Antar un reproductor de DVD y miles de películas de Pokemón...así es que se podría decir que ingresaron al reality Pikachu, Charmander y compañía, porque de tanto verlos parece que vivieran entre nosotros.

Desde que se fue mi mamá, las rutinas cambiaron. En las mañanas de semana no vuela una mosca en la casa, mientras Antar está en el colegio y yo en la biblioteca, intentando "empezar" mi tesis. Los de abajo duermen, mientras los de arriba madrugan (cada día a las 5am sale Linda a pasear a Isaac, y generalmente después alguno tiene cita con algún médico o van al super, esas son las 3 únicas razones por las que salen de la casa). Yo cocino, y los únicos turnos de limpieza los hago con mi hermana, porque lo que es el hindú, hay que perseguirlo para que lave sus trastes. Ahora con el COVID19 de invitado, tuvimos que obligarlo a hacer la cola para conseguir papel higiénico.....y no se si se vuelva a repetir el milagro. Hace poco se le había echado a perder el auto, así que sumó al patio algunos neumáticos de repuesto y herramientas. Por cierto, Betty también estuvo un buen tiempo fuera de las canchas. En una ida al mall que la pedí prestada, tuve la mala suerte de que se le rompiera el eje delantero en plena calle...pensé que iba a explotar ahí mismo!

En un momento también se nos echó a perder el refri y por varias semanas, la leche se descompuso y el agua salía más fría de la llave. Fueron días de calor extremo, y de arriba nos decían que por eso el refri no enfriaba....nosotros seguimos sin saber cómo de pronto, decidió volver a enfriar. Entre que se echó a perder y volvió a funcionar, alcanzamos a escaparnos 13 días con Antar solos (esa es una historia aparte)...y tengo que reconocer que cuando se acabaron las vacaciones, sentí que volvíamos a "casa".

Pero hoy, la casa estudio colapsó. Mientras intentábamos entender con mi hermana cómo liendres se juega a las cartas Pokemón, comenzó a salir por el desagüe el peor olor a caca del mundo....como en la película "La Cosa", el papel higiénico (y otras cosas vomitivas) comenzó a apoderarse del patio. No era la primera vez que ocurría según mi hermana, y ahí estábamos, paralizados por el asco viendo el espectáculo. Yo me fui a prender un incienso mientras el resto, manos a la "caca", se hacía cargo del asunto...el mejor ejemplo de trabajo en equipo. Como diría un ex jefe, "estas son las cosas que nos unen". Pasado el episodio, cada cual volvió a lo suyo. Los de arriba se guardaron, Antar jugó ludo con su tía, Josh y Vanshi se sentaron en el patio toda la tarde a contemplar la inmortalidad del cangrejo...y yo aproveché el vuelo para reestructurar nuevamente nuestra "pieza" en espera del nuevo integrante de la casa estudio, que llega en un par de días más (mi compañero).

¿Qué historias nuevas saldrán a relucir en el reality? ¿quién será el próximo eliminado? De acá ni el COVID19 logrará movernos, porque en esta casa estudio vivimos en eterna cuarentena 24/7, ahora sólo tenemos la excusa perfecta para no salir de la casa, y con los colegios suspendidos, ya no hay razón tampoco para levantarse temprano. No se pierdan el próximo capítulo!!!

PD: olvidé mencionar a los habitantes de trapo, que también hacen su aporte a las historias de la casa. El perezoso es Grosie Pérez, al lado de Gurito el canguro. El pulpo es Octavio, Tico el perro verde, Tikito la serpiente, Po (más conocido como Jack en Hora de Aventura), Única la unicornio, Rite el calamar transgénero y finalmente Flopy la pinguino. Necesitaremos una maleta exclusivamente para llevarnos el zoológico a Chile.









Friday, March 6, 2020

Fa(ce)il to fail

Sentada en la misma puerta 25 del aeropuerto en Brisbane, de hace exactos 78 días, espero el vuelo hacia Adelaide mientras Antar juega cartas Pokemón con un aussie.
Nunca he sido muy organizada para los viajes, pero hay algunos mínimos que prefiero planear para que no me coman la cabeza. O sea, al menos tener los tickets de avión, saber a grandes razgos hacia donde o en que dirección quiero ir (no necesariamente cuanto tiempo) y cuando ya se acerca la fecha, cuales son los "must" que no me quiero perder.
Pero desde que soy mamá, estos mínimos me empezaron a parecer insuficientes. Tampoco es que haga el mega plan detallado con horarios, pero esta vez, como nunca antes en mi vida, decidí tomarme el tiempo y planificar estas mini vacaciones lo mejor posible. Tal vez ese fue justamente el error; de habernos venido "a la vida" capaz todo estaría fluyendo mejor, pero bueno, la realidad es otra.

Después de 2 meses 24/7 con mi mamá y hermana, decidí que necesitaba un time off sola con Antar. Y mágicamente me entero de que entre el 6 y 9 de marzo, es el festival Womad en Adelaide....el Womadelaide. Así que partí por bajarme del viaje familiar planificado a Melbourne (ahí empecé a perder plata, al cambiar pasajes. Primer fail: escucha tu guata antes de poner la tarjeta) y mover el destino un poco más al sudeste.
Con los pasajes de ida a Adelaide y vuelta desde Melbourne, el itinerario estaba trazado: nos vendríamos por la Great Ocean Road recorriendo, después de 4 días de rock and roll.

"Deberían ir a la Kangoroo Island, después de los bushfires estan rogando que lleguen turistas", me dice Alan hace unas semanas. ¿Y por qué no? san google me mostró que con 2 días se puede recorrer rápido en un auto propio, porque los tours son impagables. Listo, se agrega al itinerario. Pero, ¿cómo llegar a la famosa isla?.

Entonces decidí partir por buscar backpacker en Adelaide para fijar los días y luego saltar cual kanguro, a buscar en la isla. Reservé en una pieza mixta compartida donde, según yo, no habían restricciones de edad. Luego busqué auto para arrendar (1 semana antes descubrí que tenía que tener la licencia de conducir traducida por el estado de Victoria, y del Consulado ya me la habían enviado, aún podía llegar) y encontré unas super buenas ofertas en Webjet por $11.000 diarias, tomándolo desde Adelaide y devolviéndolo en Melbourne...de ahí buscar ferry para cruzar a la isla (y corroborar que auto incluído, era más barato que arrendar allá). Segundo fail: el auto lo pedí desde el 10/03 a las 17.00 hrs y el ferry lo compré para el 10/03 a las 09.00 hrs....cuec! ¿en qué minuto se me cruzaron los cables?, ni idea, porque de ahí pasé directo al tercer fail: el alojamiento en la isla también lo pagué para el 10....supongo que mi espiritu quería estar antes viendo koalas y kanguros!

Salté al final del itinerario y conseguí que unos chilenos, amigos de una amiga, nos prestaran su sillón un par de noches. Todo esto, con una semana y media antes de partir el viaje. Entre medio compré los pasajes para nuestro soñado mes en Bali, calzándolo con las fechas en las que viene mi hermano para estar de nuevo, los 3.

Como nunca he sido muy buena para manejar, antes de ayer trasnoché mapa en mano, mirando distancias y tiempos en la Great Ocean Route, para no manejar más de 4 hrs diarias. Me empecé a sentir mal en la noche, pero supuse que era el cansancio, así que no le di mayor importancia (total al día siguiente tenía hora al doc porque mi tiroides no estaba muy contenta con el clima). Cuarto fail: por los síntomas que le cuento, la doc me dice que cree que me agarre la Ross River deseas....por culpa de un maldito mosquito! y bueno, atando cabos, ahora entiendo los dolores de cabeza y de cuerpo. La mala noticia: no tiene tratamiento y recién después de 6 semanas, se pasan los síntomas.

Hasta ahí, bancándome el malestar, iba todo bien. Pero ayer se me ocurrió chequear que todo estuviera listo para el viaje y plop!!!! entre el virus del mosquito y el urguimiento, empecé a sentir que todo se desarmaba...al menos teníamos nuestras entradas al Womad listas.

Cancelar el auto y arrendarlo de nuevo con 1 día extra (eso es lejos más barato que llamar y pedir adicionar 1 día), cambiar de día el ferry (gracias Sealink por no penalizar el cambio) y tratar de saltarme las reglas de Booking para cambiar la noche de alojamiento en la isla (amable el aussie que me atendió, veremos si mantiene su palabra cuando lleguemos ahí). Se cae el alojamiento gratuito en Melbourne, así que rápido a buscar backpacker BBB...misión lograda, sin restricción de edad. ¿Será que aceptan a Antar también en Adelaide? Ahí me cayó la teja y al llamarlos, quinto fail: "nicagando" me dijo en buen chileno. Hostelworld no me devuelve la plata (y definitivamente no es amigable para bookear con un niño que duerme en tu cama), así que obligada a ir a instalarme al hostal a darles pena (moraleja, sale mejor pagar el alojamiento con posibilidad de cambio, sobre todo si se viaja con niños). Al menos encontré otro relativamente cerca, donde al parecer si aceptan mascotas...o sea, niños :)

Se nos ocurre mirar el tema de la visa en Bali (cosa que debí haber hecho en un comienzo) y....sexto fail (y el más caro so far): estar en Bali 29 días es gratis, 30 necesita visa que dura sólo 30 días, y "33" que eran los días del pasaje, necesita 2 visas....horror!!!! me salió menos caro cambiar los pasajes.

Llegó entonces el minuto de hacer las maletas (aún cruzando los dedos para que llegara por correo la licencia traducida), y si hay algo que reconozco no haber aprendido en toooodos mis años de viajera, es a viajar liviano. Para pagar menos en la aerolinea low cost, compré sólo con equipajes de mano, total, chilean way, seguro que aunque pesen más, logro pasar desapercibida. Séptimo fail: la licencia traducida nunca llegó...ahora tendré que ver cómo hago para que me la manden a Adelaide. Octavo fail: los australianos son cuáticos y la chilean way acá no funciona. Me pesaron los equipajes y obvio que nos pasábamos por unos pocos... 11 kilos, no había como. Estando por embarcar, no me quedó otra que pagar el doble de lo que me habría salido por internet, para bajar 1 maleta (ojo con Jetstar, es mejor pagar 1 maleta extra al comprar el pasaje, en el aeropuerto te dan la paliza).

Super chata, lo único que quería era dormir en el vuelo, pero un par de guaguas que se rajaron llorando la hora y media que duró el tramo, me la hicieron difícil.
Y así llegamos a Brisbane, con el noveno (y ojalá último) fail del viaje: arreglando las maletas caché que se me quedó el cargador de celular y el transformador para la batería de la cámara (porque obvio que la batería con cargador USB que compré por Aliexpress hace 2 meses, aún no llega). Al final, desde que cambié el pasaje original, he estado puro perdiendo plata.

Aprendizajes:

- No se confíe que puede hacer lesos a los de las aerolineas low cost, son los más aguja! (mida y pese sus equipajes en la casa).
- Siempre que vaya overseas, chequee primero el tema de las visas antes de comprar pasaje (esto es obvio, lo hice siempre....hasta ahora)
- Haga un último check de los básicos antes de partir al aeropuerto (el celular y sus accesorios deben ser número 1).
- Haga una última revisión de las fechas y reservas para ver que todo cuadre (y si no, agarre el teléfono y póngase a llamar como mono para solucionarlo).
- Si viene a Australia, venga con licencia de conducir internacional, porque acá son super webiados y las leyes son por estado (en Queensland ,funcionaba la mía normal, pero no en Victoria. Y para New South Wales-Sydney, necesitan otra traducción diferente).
- Lo último, sepa que en este continente raro, todo es big size y con altas probabilidades de ser mortal (o al menos dañino) y los mosquitos son asesinos, así que aplique repelente todas las veces que pueda.

Dicho todo esto, solo queda ahora comenzar a disfrutar el viaje.

*Actualización post llegada:
Resulta que después de pasar 2 meses con 40°de calor, llegamos al estado de Victoria y nos cagamos de frío. Décimo fail: no trajimos casi nada de abrigo...por suerte H&M y K-Mart siempre tienen buenas ofertas. Ahora si....no más fails.

Saturday, January 11, 2020

Luna de lobo y abrazo de koala

Que desconocidas se me hacen esta vez las teclas, luego de releer mi aterrizaje forzoso de un lejano 2009..10 años que no pasaron en vano, 10 años que me hicieron caer, levantarme, reinventarme y seguir...que me hicieron madre hace ya casi 7. Y es tiempo de abrir el blog y seguir en ruta, de volver a las historias cargadas de emociones y de un ventilador acalorado en medio de la noche, del Fede de fondo (obvio, esencial para reconectarse), de una copa de vino cuando la cerveza es impagable a diario, y de una mochila muy cargada con certeza de peso innecesario, de ese que había que haber dejado en tierra antes de emprender viaje. Me cuesta escribir, hace rato que no lo hago. Mis manos debiesen deslizarse levantando una tesis que aún no empiezo, pero que es parte del objetivo de este viaje.

Hace un tiempo me sentí asfixiada, estaba tratando de armar sobre la arena una historia sin trama, pero aún así, en esa compañía y en ese preciso instante, sentí que no podía hacer más que volar, en compañía esta vez al menos de mi pequeño maestro Antar. Y fue en ese momento que supe que mi tiempo en Chile estaba agotándose, que empezaba la cuenta regresiva porque después de casi 10 años y algunos viajes (siempre con retorno programado), necesitaba nuevamente sentirme libre, sin rumbo y con página en blanco; volver a construirme, reconstruir-nos. Pero estaba en medio del Magister en Políticas Públicas y todo se veía cuesta arriba, distante y al menos, difuso. Fueron 2 años duros, en los que una mañana le di un beso en la frente a mi pequeño y volví luego de 2 años cuando el ya tenía 6 y daba portazos, porque me extrañaba, porque le faltaba mamá.
Y duele escribirlo, duele recordarlo. Porque sin duda ser mamá ha sido el viaje más importante de mi vida y el que me ha llevado a los rincones menos pensados. Pero esa es parte de otra historia profunda, que no es momento de abrir.

La cosa es que terminó el magister y las excusas comenzaban a acabarse.
El plan original era venirme con la tesis hecha, completamente libre de ataduras curriculares (aunque por cierto no financieras), y recuperar en parte el tiempo con mi hijo. La idea de viaje por Centroamérica la había enterrado junto con la última historia amorosa, pero un nuevo continente aparecía en mi mapa: los kanguros y mi hermana, que desde el 2017 hacía patria por estos rumbos, se hacían cada vez más atractivos. Australia nunca estuvo en mis planes...algo de este país-continente simplemente no me llamaba, pero la sangre tira y mi hijo quería ver a su tía.....y yo a mi compañera musical irreemplazable.
Y empezaron los preparativos con la decisión irrevocable una mañana cualquiera de partir, así, con lo puesto, con o sin tesis, porque sino, no partiríamos nunca. Pero uno nunca sabe lo que el universo tiene preparado, y entre medio, me enamoré del que estoy segura será mi compañero de ruta hasta que la vida me robe el aliento. Y aunque no dudé del viaje, no sabía que 6 meses podían convertirse en una eternidad. Sin embargo, con su apoyo incondicional compramos los pasajes...y él sin decirme nada, el suyo para 3 meses después de mi partida.

Y así llegó el 18 de diciembre, momento de agarrar no 1 ni 2 mochilas, sino 6!!! porque 3 de esas venían cargadas de las propias historias y aventuras de mi hermana, que ya extrañaba y pedía de vuelta. En la maleta se coló mi mamá, que también extrañaba a su hija.
Y lo que partió siendo una aventura sin propósito más que de resetiar el alma y disfrutar el día a día con mi hijo, se tornó en un proyecto familiar que nos trajo a Townsville, Queensland, antes de que partieran los incendios que tienen con pielonefritis a Australia, el riñón del mundo.

Estamos lejos de los incendios, pero cada noche el cielo alcanza a verse naranja por el humo que enciende los corazones de millones de koalas y canguros que nos recuerdan que está en nuestras manos parar. Que la tierra no puede seguir calentándose, que nuestros hermanos menores nos necesitan.

Estoy dispersa; debe ser la luna del lobo que ilumina mi noche en el primer prenilunio del 2020, o el calor húmedo que atrae lagartijas, o mi hijo roncando al lado de mi madre, mientras mi hermana sale de su trabajo (precario pero bien remunerado)...o simplemente la rareza de volver a sentarse frente al blog y tratar de ordenar las ideas.

Como sea, oficialmente se da inicio a la aventura del continente que arde, y por ende, mi vuelta a las aventuras de la Princesa Caballero y su guía intergaláctico, Antar.



Thursday, November 3, 2011

Música para el alma...gracias Fede!!


Han pasado hartos años desde que dejé las pistas como reportera de recitales (en lo que era unavuelta.com) y empecé a pagar, nuevamente, por las entradas, como cualquier mortal sin el provilegio del backstage o la primera fila. Desde entonces (a excepción de las pilas con las que volvi de Cosquin Rock 2011, que me llevaron al escueto brief de lo que fueron esos 3 días de rock a la vena y que publiqué en http://www.absurda.cl/cosquinrock11-2), no había tenido ganas de dármelas de reportera de nuevo. Pero lo que acaba de pasar hoy, amerita retomar la pluma y compartir con el quiera la oportunidad de escuchar esta música para el alma y desde el alma, que el gran Federico Wolf nos regala con su genialidad y extrema sensibilidad musical.

Ya lo mencioné en alguna de mis historias viajeras, pero es entretenido acordarse cómo llego el Fede a mi vida una mañana de invierno, cuando mimetizado con el olor a leña mojada del sur, el Larra dejó en mi velador "Margarita negra", el primer disco de este uruguayo que vive en Chile hace 8 años y que pocos conocen. "Es como Drexler", digo cuando me piden referencias...pero para serles sincera, a penas conozco el trabajo de su compatriota.

Tal vez mencionar que ganó el 2º lugar del Festival de Viña el 2004 para muchos no implique nada, pero sí que ha participado en la musicalización de varias teleseries y películas chilenas como "Machos" y "A un metro de ti"; y que ha compartido escenario con cantautores de la talla de Spinetta, Drexler e Ismael Serrano, entre otros grandes.

¿Pero qué lo hace tan especial? quizá esa sonrisa gigante que no se le borra nunca mientras canta, o la profunda y a la vez simple poesía de sus canciones cotidianas que hablan de amores, amigos, momentos y sueños..."sugerencias" para la vida como él mismo dice, sin mayores pretenciones. Quizás también el hecho de que al escucharlo trasmite olores y sabores, con un toque importante de nostalgia feliz (aunque suene paradójico). O tal vez el que sea un hombre orquesta de dulce voz, y no porque pase de su guitarra a los vientos, sino porque con sus cuerdas vocales emula trompetas, tambores y cuanto sonido adorne y rime con sus canciones y su guitarra de palo apañada.

Escuchar al Fede, además, es sorprenderse con un ramillete de músicos increíbles que a punta de mates y buena onda, han participado de este colectivo musical materializado en su segundo disco, "Señal", el que ayer presentó en el teatro de la Telefónica. Y todo conseguido a pulso y moviendo redes, porque este es un músico 100% independiente que graba en la casa de amigos y se nutre del cariño para poner en pie un show como el que nos regaló esta noche, que en un momento llegó a tener a 14 músicos en escena entre percusiones y batucada, guitarras, un tiple y charango, un tipo de flauta rarísima, teclado y nada más ni nada menos que voces como la de Magdalena Matthey y Joe Vasconcellos, acompañando con un berimbau y un triángulo (sí, el mismo triángulo que de seguro los hicieron tocar en el colegio y que no tiene ninguna gracia, pero que en manos de Joe suena completamente distinto).

Y si se acompaña además de historias y de explicaciones como las que gatillaron el nacimiento de La Tortuga Gigante (dedicada a su padre) o Predadores (con la interrogante de si Bin Laden de verdad está muerto), y una interacción sincera con el público, su público, que por ahora son más músicos y amigos de su mismo círculo (hasta el dueño de las Parrilladas la Uruguaya estaba haciendo patria); uno sale agradecido, emocionado, tocado por un show de gran calidad y humanidad, sincero, de gran nivel musical, contenido y amistad...porque finalmente este colectivo lo conforman amigos que comparten el amor por la música y el arte....y los mates que ofrece el Fede por supuesto.

Para mí es más que otro músico...fue mi mejor compañero de viaje y me declaro un "Vagamundo" representada completamente por su prosa..."Que vivan los corazones de oro y los cabezones erguidos", tal como me autografió en el disco, cual groupie, mientras me iba tarareando el coro de Esponja de luz..."Pudo escapase, liberarse, y así se limpió de todas las sombras, las broncas de su corazón".

NOTA: Si al menos les di curiosidad por saber quién es este personaje, lo podrán escuchar en un show más intimo el 15 de noviembre 2011 en el Thelonious de Bellavista, o fisgoneen http://www.myspace.com/federicowolf

Sunday, January 9, 2011

Woodstaco: en busca del palo blanco



Con mi hermana nos bajamos perdidas. El chofer no tenía idea de cual era el famoso "palo blanco" donde teníamos que bajarnos...al menos sabíamos que era antes de llegar a San Rafael, cerca de Talca. Con las mochilas puestas y una foto del mapa sacada en el celular que a penas se veía, empezamos a preguntar a los pocos locatarios y caminar en el rumbo que más nos tincaba...pero después de un rato, seguíamos perdidas. Cuando nos devolvíamos nos topamos con 4 locos igual de perdidos que nosotras. Resultó que venían en el mismo bus y se bajaron aún más lejos que nosotras y nos alcanzaron. Tampoco se conocían, pero las ganas de rockear nos unió a los 6...y seguimos caminando. Cruzar la línea del tren, correr a preguntarle a un huasito que andaba dando vueltas y seguir caminando. Ya estábamos en la ruta (a todo esto el famoso palo blanco era eso, un palo en mitad de la carretera...moderna la señalización!) por un camino de tierra hasta un porton abierto con un letrero enano de "Woodstaco", cuzamos 2 puentes y alguien nos indicó por donde seguir...saltamos un porton de madera y un cerco de alambre de púas...a todo esto ayudadas por los 4 galanes que terminaron siendo los compañeros de carrete perfectos. De pronto, el paisaje se abrió y dejó ver las carpas y los toldos que protegían el anfiteatro...habíamos llegado!

Woodstaco es un festival de rock que nació hace dos años y tiene lugar en los alrededores de Curicó, VII Región. Es una idea que nació entre un grupo de amigos fanáticos de la música que desde siempre soñaron con un evento que congregara a bandas chilenas de distintas latitudes del país, en un espacio de paz, solidaridad y comunión...y cómo yo no nos conocí antes!
Es como la versión chilena menos hippie y más rockabilly, sin dejar de lado la electrónica para los más psicodélicos. Este fue el tercer año que lo organizaban y decidieron lanzarse a la vida: 3 días de música ininterrumpida en 23 hectáreas, completamente gratis, 2 escenarios, un río cerca mega refrescante y toda la buena onda de los que aperraron y lograron llegar.

Instalamos la carpa, y después de un rato con un corderito al palo en la mano (que estaba super grasoso pero tenía buena pinta) y una chelita en la otra, empezaron a sumarse rockeros a la conversa, y no faltó la guitarra, el blues, y de pronto montones de armónicas afinadas en distintos tonos y un cuarteto en sol, donde cada uno le ponía de lo suyo. Lo choro es que en cualquier rincón y sin preámbulo, no faltaron los rockeros con poleras negras y sus Hammer dispuestas a sacar los mejores sonidos imprivisados del alma...nunca había visto tantas armónicas juntas!
Sólo Tumulto me sonaba dentro de la lista de bandas, pero hubo varios que sorprendieron con una buena dosis de blues pesado y rock (como Queltehues y Precipicio...estos últimos eran nuestros compañeros de ruta. Foxy Lady a nadie eso sí, serán regias pero no saben tocar).
Y cuando el rock guateaba, el punchi punchi con imágenes de Shiva y Parvati en el escenario daban paso al transe en el que es fácil caer si te logras conectar con la música, sobre todo si te toca una noche tan estrellada como aquella.

Volvimos a la carpa de día, y el sol en la cara interrumpió las pocas horas de sueño (para que mencionar que nuestra carpa era la única en mitad de la nada sin la sombra tan preciada de un árbol) pero nos recargó para seguir bacilando...el calor lo pasamos a la orilla de un río, con un melón con vino que corría de mano en mano para refrescarnos a todos y nuevamente, guitarras y armónicas (esta vez de los otros 2 acompañantes que encontramos en el camino), al son de improvisaciones reggae de "Maria Teresa y Danilo" y otras más bizarras.
Después de 2 días ya nos conocíamos todos (o más bien todos conocían a "las hermanas" jaja). A todo esto, a parte de la comida que llevamos, no gastamos nada! (es lo bueno de ser niña, yo y mi tachito en la mano que gracias a los asistentes nunca estuvo vacío).
Volver fue un poco más complicado, porque el bus no paraba en el palo blanco famoso y entre caminata y espera, terminé en un interurbano que paraba en todos los pueblos hasta Curicó, y de ahí a la realidad de Santiago nuevamente.

Definitivamente a Chile le esta faltando rock, o al menos espacios como este en que con un grupo bien organizado de rockeros y un par de buenos auspiciadores, se puede armar en mitad de la nada un evento para 800 personas, hasta con generadores eléctricos y hacer que todo el mundo bacile rock and rock all night!!

O seré yo la que nació en la época equivocada???

Sunday, August 22, 2010

Ecos del Waka Waka


El otro día tuvimos una mega sesión de fotos con un amigo que venía llegando de Sudáfrica...aun no se sacaba la camiseta "roja" ni la sonrisa de oreja a oreja. Durante toda la locura mundialera fue impresionante ver a la marea roja tomarse las graderías del Soccer City y las calles de Nelspruit...perseguir al bus que llevaba a los "héroes" que cambiaron la historia de los últimos 12 años y contar sus historias rodeados de representantes de los 32 países que soñaban con la copa. Y a mi que no me gusta el fútbol, reconozco que igual la euforia se contagia y la angustia de los últimos minutos del primer tiempo si o si te pegan. Todo fue fútbol por más de un mes y todo el jetset capitalino que se aprecia de tal tuvo su minuto de gloria reporteando desde algún punto de Sudáfrica...Y yo, entre el Umbingelelo y el waka waka trataba de recordar los meses tranquilos que pasé por esas tierras.
Cuando llegué a Cape Town recién estaban empezando a construir el estadio. Y me acuerdo una mañana recorriendo los puestos del Green Point Flea Market, lo emocionados que estaban todos porque las ventas se multiplicarían cuando llegara la fiebre mundialera. Que gran fiesta de colores se debe haber tomado las calles de Long Street y sus alrededores, y que decir del fonicular del Table Mountain que tiene que haberse colapsado con la explosión turística (porque al menos de los que mostraban en la tele, pocos se ganaban la vista desde la cima luego de una esforzada caminata).
Y mi amigo me contaba una película desconocida de Sudáfrica, superpoblada de turistas, con el sonido incesable de las bubucelas pero con alma de fiesta 24/7 y un aire de hermandad donde sólo se distinguían los colores de las banderas de los distintos países pintadas en las caras, sin importar si de fondo eran blancos o negros.
Ahora que todo esta tranquilo de nuevo, que el estadio refleja los atardeceres en silencio, que sea point se volvió transitable nuevamente y que Nelspruit volvió a ser el pueblo pacífico y medio olvidado que era, me pregunto qué fue lo que dejó realmente el Mundial en los corazones sudafricanos....cuánto creció la economía? y las barreras de "colores" se dejaron más de lado que antes? qué siente Madiba al ver los frutos de tantos años de lucha? serán las fundaciones de escuelas de fútbol las que le devuelvan la esperanza a los niños? se revindico África o con el fin del mundial el continente vuelve al olvido?
Yo miro las fotos y de todas formas me emociono...que bueno que todos se hayan empapado en parte de Mama África y su legado, y que esas tierras misteriosas e inalcanzables para quienes no son fotógrafos de NATGEO sean hoy más comunes y más cercanas, aunque no menos salvajes. Habrán entendido esos peques cuando les regalaron las camisetas de la roja, que esos "muzungus" venían de un país igual de lejos y hasta no hace mucho, poco conocido como el de ellos? Y habrán notado los que juntaron con esfuerzo los pesos y se fueron con lo puesto siguiendo sólo sus sueños y pasiones, que en su mochila viajaban millones de chilenos que siempre "quisieron" pero que nunca se atrevieron? Porque la roja no se fue sola, y cuando se defendían o marcaban un gol los hinchas abrazados de sudafricanos pintados con el blanco, azul y rojo, agradecidos celebraban o lloraban juntos, marcando un verdadero triunfo en la historia.
Y mi amigo llegó cargado de recuerdos, lugares, sonidos, colores...arrendar un auto y seguir la ruta roja fue lejos el mejor viaje de su vida, mezclando estadios con safaris, clases de surf en J-Bay, largas noches de carrete y wild on en Long Street, historias compartidas con viajeros y por qué no decirlo, orgullo de ser chileno y reforzar ese patriotismo que te sale del alma cuando se escucha en el extranjero un "cachai hueon?" por la calle, y uno no puede evitar gritar "chilenooooooooo"!!!
Y ahora que sólo suena el eco del waka waka retumbando en los estadios vacíos, tomaría de nuevo la mochila y partiría a caminar por la costanera, a subirme a las "liebres" que a grito pelado te llevan a sea point, a mirar el atardecer desde el Lion's Head, a escuchar algún concierto en Kirstenbosch garden, a recorrer más allá del famoso Garden Route y a disfrutar de la "Real South Africa", que aunque más tranquila de seguro esconde tras sus sonrisas los recuerdos de cuando todo el mundo estuvo mirando lo que ocurría en sus calles, estadios, ciudades, parques, playas, familias y corazones...cuando por fin todos nos sentábamos a admirar la profunda belleza del continente negro, la riqueza de sus tierras y de su gente, el ritmo contagioso de sus cantos, incluso de la potencia de sus bubucelas que como abejas reinas contagiaban al mundo...con la esperanza de que éste haya sido el kick off del verdadero "Time for Africa".