Wednesday, October 14, 2009

...Cleo, Cleopatra, la reina del Nilo...(léase como publicado el 02 DE MARZO)

Lo bueno de ser una backpacker de corazón es que se obtienen beneficios de backpacker. Así partimos hacia el sur con la casa a cuestas (que me robaron y recupere en la misma noche, pero esa es otra historia), a disfrutar de nuestros 5 días-4 noches all inclusive a precio de huevo! (exactamente el mismo paquete por el cual otros pagaron infinitamente más...pero que se justifica gracias al placer de nuestra compañía jeje).





Las maravillas mejor guardadas de Egipto se encuentran en esta zona (hasta Luxor): el oasis de Aswan (que si no fuera por el High Dam del cual están tan orgullosos y que ha destruido todo el ecosistema, sería perfecto); Philae Temple (convertido en su momento en una iglesia cristiana, dejando los rastros más desastrozos de esta época...los cristianos rallaron literalmente las caras y cuerpos de las deidades como protesta en contra del politeismo)y el increible complejo de Abu Simbel (construido por orden de Ramses II y que fue cambiado de lugar, piedra por piedra, para poder construir la famosa represa). Todo emplazado en la única zona negra de Egipto, donde viven los Nubios (increible como el racismo existe desde que existe el hombre...en los jeroglifos se muestra cómo los conquistaban y tomaban de esclavos, forzándolos al trabajo. Hoy al menos viven libres, aunque tengan una cultura completamente distinta a la "egipcia").

Pero lo entretenido fue recorrer estas maravillas acompañadas de nuevos viajeros(se agradece el aporte egiptológico de Matias!) que coincidieron en los hoteles y tours (aunque hayan pagado más que nosotras 2 juntas jaja). Además, como todo el mundo hace las mismas rutas, aunque te separes en una ciudad te encuentras en la otra al día siguiente! Vale la pena que te organicen esta parte del viaje si no se cuenta con mucho tiempo, porque por más desastrosos y caóticos que parezcan los egipcios, son excelentes organizadores y cumplen al pie de la letra lo que prometen...increíble!







De Aswan decidimos cambiar de medio de transporte y navegar por el Nilo arriba de una Felluca (dicese de un pequeño barco a vela que avanza a 1 km. por hora, guiado por un personaje egipcio bastante peculiar que no habla ni una palabra de inglés, quien salta de un lado a otro jugando con la vela para hacer que la cosa avance y no nos demos vuelta en el Nilo ni choquemos con el puente y que además, es el cocinero oficial de toda la tripulación). Fue ideal para descansar de la locura de ser turista con poco tiempo y contemplar tranquilamente las estrellas (tratando de desviar eso sí la vista de los cruceros que pasaban por el lado, alardeando con sus piscinas temperadas y copas de champagne...de todas formas ni se compara con el lujo del metro cuadrado compartido y del té recién hecho en nuestra querida Felluca!). Que risas con el "capitán de la embarcación" tratando de hacernos entender que teníamos que parar para el control policial con su "alo, alo, felluca stop!"

Así llegamos a Luxor y concentramos en 2,5 días muuuuchos siglos de historia, cuentos de madrastras malvadas que toman el trono del hijo haciéndose pasar por "faraón" (Hatshepsut), mezquitas que se construyen en mitad de un templo egipcio cuando todo estaba tapado por arena (y que hoy parece que la puerta flotara en mitad del Luxor Temple, donde está la única estatua conocida del pequeño Tutankamon), valles de reinas y reyes con tumbas que guardan los secretos intimos de todas las dinastías egipcias (como la de Ramsés IX que relata las escenas del "libro de la noche" en un jeroglifo que más parece caricatura, o las historias de robos de tumbas y conflictos familiares tipo Ramses VI con su sobri Ramsés V), y por supuesto, el legado artístico y cultural que se aprecia en el Mercado (suena bonito, pero en verdad no es muy entretenido cuando te persiguen para comprar souvenirs sobrevaluados...aunque obvio que caímos sucumbiendo al consumismo! hasta con traje de odalisca salí jaja).







Nos falto muchísimo por ver, pero nos conformamos con tratar de apreciar todo el exceso de historia desparramada y mal distribuida en el museo del Cairo (eso si,la máscara de Tutankamon la lleva!).

Para despedirnos del poderoso Egipto y después de darle hartas vueltas al itinerario(que el Sinai, que el buceo en el barco hundido en Sharm El-Sheij y otras opciones) finalmente optamos por poner freno y disfrutar del desierto y de las playas del mar Rojo, con sus hostales beduines con agua salada, comer rico a la luz de las velas, brindar con una Saqqara bien helada y prepararme para bucear en uno de los mejores (y más peligrosos) spots del mundo: el Blue Hole y The Canyon!

Equipo al hombro, caminando por la playa de pronto llegó la hora de sumergirse. Las instrucciones fueron bajar por la chimenea apoyándose en los bordes si se pierde el equilibrio, agacharse para atravesar el puente y deslumbrarse cuando se sale a mar abierto, a esa barrera de corales de más de 120 mts. de profundidad que te obliga a cuidar rigurosamente la profundidad de la inmersión para no correr peligro. Y bordeando la barrera de pronto se pierde la visibilidad cuando penetras en el Blue Hole, el mayor punto negro del buceo del mundo. Para haber sacado el advance de buceo recién el año pasado, puedo decir que he ya buceado en los lugares más variados e increíbles! (mi mamá trato de hacer snorkeling mientras esperaba pero en realidad a penas me perdió de vista, se sacó el traje y se puso de guata al sol).

Y después de compartir una increible cena con una familia beduina en mitad de un oasis en el desierto (zona conocida como el White Canyon) y sentir como las estrellas y el infinito te aplastan al caminar de regreso al 4x4 por la noche (me sentía como dentro de esas bolas que uno mueve y cae nieve), llegó la hora de empacar la shisha que compramos en Luxor y dejar los pasaportes a la mano para cruzar nuevamente la frontera, esta vez camino a Israel.





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